miércoles, 24 de enero de 2007

Anónimo

Tenía rato sin escribir porque sentía que algo faltaba en este sitio. Aún se nota muy escueto, y no sólo debido a que acabo de empezarlo, no. Es que estaba esperando que llegaran aquí también esas linduras de personajes que hacen de un blog un lugar mágico lleno de entretenimiento y majaderías: los anónimos. ¿Qué sería de nosotros sin ellos? Pues no quiero ni imaginarlo, ya que en mi antiguo fotolog que dejé abandonado los tuve a cascoporro, como dirían mis nuevos ídolos. Mentadas de madre, burlas, mensajes indescifrables, todos y cada uno de ellos me dieron muy gratas sorpresas. Y no lo voy a negar, yo también me he escondido (ni siquiera aquí firmo con mi nombre real) para desearle a más de alguno que se mueran sus contactos del messenger o que Fabiruchis le meta un candelabro por el ano. Es muy bonito, de eso no hay duda.
El punto es que ya llegó el primero, por lo tanto le dedico este post. Ojalá no espere que lo haga siempre, que tengo más ganas de perder el tiempo viendo porno en internet. Analicemos.

Anonimo dijo...

que pena me das, eso de no tener amigos para comentar estupideces como estas ha de sentirse culero

Y seguro tú has ganado bastantes amigos tomándote la molestia de escribir mensajes anónimos en blogs. Es bueno que te expreses y dejes aflorar el sentimiento que te causa el "no tener amigos para comentar estupideces como estas" pero discúlpame, yo no soy el indicado para ayudarte. La verdad es que no me interesa tu vida social, pero me llama la atención tu sinceridad y valor para admitir que tus comentarios son estupideces. Lo siento, ya te habrás dado cuenta por mis anteriores posts que estoy muy lejos de ser alguien que se preocupa por la gente. Creo saber quién eres pero prefiero dejarlo así porque tú sabes, ya no tendría chiste.
No anónimo, tú no me das pena, pues todos ustedes son bienvenidos aquí. Sólo me agradaría ver un poco más de esmero en sus comentarios, que se note que el tiempo que pierden también vale oro. Vamos, no me dejen ser el único "creativo" aquí, me daría mucho gusto ver cómo se esfuerzan con su palabrería.

miércoles, 10 de enero de 2007

Autocountry

Así se llama una agencia de autos que abrió hace un par de meses frente a mi casa. ¿De qué marca son? A veces me fijo y se me olvida. Lo siento, no soy la clase de hombre que sabe de carros, más bien soy de los que abren un blog para quejarse y tirar mierda a diestra y siniestra. Y otra vez voy allá.

Resulta que estas agencias siempre ponen un par de bocinas afuera para que la música no pare en todo el día. ¿Con qué fin? Supongo que no necesitan hacer ver a la gente que el lugar ya está abierto, pues cuenta con grandes ventanas a través de las cuales se observa a simple vista que hay trabajadores operando dentro de la empresa todos los días en horarios de oficina. No creo que sea como “Oigan, tenemos música ¿escuchan? ¡Ya abrimos!”. Tampoco pienso que se trate de toda una estrategia de mercadotecnia cuidadosamente elaborada. Vamos, que nunca va a llegar el chico nuevo recién graduado del tec de Monterrey a exponer en una junta “… y dadas las bajas ventas de los últimos meses tengo la propuesta que nos salvará del hundimiento: música con mensajes subliminales que obligan a la gente a comprar autos” acto seguido, los empresarios aplaudiendo y comiendo snickers con cubiertos. No. La respuesta se me antoja mucho más sencilla y coherente: la sospechosa inclinación que tienen las circunstancias a joderme la vida. Así es, porque las bocinas apuntan hacia mi casa de manera que la música no podría escucharse mejor. Ni con audífonos. Pasé estas vacaciones despertándome al son de las canciones de moda. Si me voy a desvelar tengo que pensarla dos veces, pues gracias a mis amigos de en frente me despierto temprano a huevo. Y que ni se me ocurra la siesta de la tarde (como sólo los haraganes acostumbramos), no me la van a permitir. Hasta he escuchado las canciones en mis sueños, y en ocasiones han pasado a ser parte central de la trama (no miento).

Ya tengo bien identificados los discos que ponen: uno de banda y norteñas, uno de hip hop o r&b, uno de villancicos que es el equivalente a ese ochentero de “navidad con las estrellas” pero con Belinda y los Kumbia Kings, y uno de rock inofensivo en inglés que seguramente suena mucho en las estaciones gringas hoy en día. Al reguetón asqueroso no es necesario nombrarlo, ya que se sobreentiende que jamás falta. El disco que más odio es ese de rock en inglés (¿Apoco creyeron que iba a decir el de Belinda? ¡si es una joya!) con esas rolitas happy-punk emo que tanto consumen los pubertos.

En fin, es que me tienen negro. He pensado desde ser civilizado quemando un disco para pedirles que al menos pongan canciones que me gustan, hasta que me salga lo sinaloense tirándoles piedras, robándome las bocinas e incendiando el lugar mientras bailo como orangután. Por lo pronto ya figuran en mi lista negra, justo entre los juguetes “mi alegría” y los productos Chayito.

sábado, 6 de enero de 2007

Be My Yoko

Esto es para atacarse. Hace unos meses le escribí una canción a mi novia. Melosa y cursi, pero creo que a los dos nos gusta. De manera inocente, decidí titularla “Be My Yoko”, una manera de decirle que quiero hacer canciones para ella. Hasta aquí todo bien. Cuál es mi sorpresa cuando su hermana le “sugirió” (con foto incluida) que lo de John Lennon hacia Yoko Ono podría haber sido obsesión y total dependencia. Ave María Purísima. No es mal rollo, no te creas. ¿Entonces estoy siendo comparado con el ex-Beatle? Caray, eso es demasiado. Pero demasiado. Ahora sé como se sienten los hermanos Gallagher. Y la verdad nunca lo había visto así. Ya me veo llegando a alguna reunión familiar diciendo “Buenas tardes abuela, te presento a mi obsesión y de quien totalmente dependo. ¿No es una lindura? Espera a que cuentes las veces que parpadea”.

Pensé que si se trataba de sacar aspectos negativos por demás rebuscados yo me pintaba solo, pero he aquí a un duro contrincante. Tonterías. Seguro lo dice porque le estuve llamando en las madrugadas para escuchar su respiración. ¡Ya lo he superado, demonios!.

Palabras domingueras

Uno de los términos que más aborrezco (el otro es "amigos con derecho"). Entiendo que se refiere a esas palabras rebuscadas que sólo alguien con (o que pretenda tener) un léxico muy amplio utiliza en conversaciones cotidianas. Lo que no me cabe en la cabeza es cómo pudieron asignarles lo de “domingueras”. ¿A quién se le ocurrió semejante mamada? Es que no parece haber una razón coherente para llamarles así. ¿O acaso todos los domingos despertamos hablando como maestros de lingüística? Todavía no he conocido alguien que el fin de semana diga cosas como “¡Impreco a los programadores de televisión cuyas voluntades me ahogan en desdicha al no obtener entretenimiento alguno!”, refiriéndose a que ese día no pasan ningún maldito programa decente (con excepción de adult swim), y que el resto de la semana vuelva a hablar como cualquier mortal. Ridículo.

Me viene a la mente que el autor de tal babosada fue ese tipo de gente que se ríe de ti para hacerte quedar como imbécil ante otras personas cuando solo tú sabes que está pasando exactamente lo contrario. “¡Jaaaaa, la palabra dominguera!” y se carcajea por haber escuchado algún vocablo que no aparece en su diccionario mental, donde “wey” es más utilizado que cualquier preposición. Y he sido objeto de esa clase de burla docenas de veces, con todas sus variantes. Lo único que hago es quedarme callado, viendo cómo el puerco ignorante se revuelca en su propio lodo. Qué bonito.