miércoles, 26 de marzo de 2008

Envía Yofo al 91111

Contrario a lo que eruditos de la talla de quienes escriben en la revista R&R han llegado a considerar, pienso que la canción “Yofo” de Molotov constituye una de las mayores afrentas ya no en contra del rock ni de la música en general, sino hacia la salud emocional de quien la escucha a diario de manera involuntaria e inevitable por encontrarse realizando sus labores cotidianas cerca de un televisor que transmite con cierta regularidad la pieza en forma de un anuncio malo, malísimo. Se trata de un spot publicitario de esos que invitan al espectador a enviar mensajes de texto vía teléfono celular y así obtener tonos y fotos, tan necesarios para sobrevivir a la revolución de las telecomunicaciones que se vive hoy día. El comercial empieza con el insoportable silbido característico de la canción para dar paso a la voz que dice lo siguiente:

“¿Estás listo para estar yofo-zafa-fofo? (mega-sic)”

Vamos a ver. Lo que se me ocurre cuando el anunciante tiene el arrojo de preguntar semejante atropello gramatical son dos cosas. Primero, que seguramente tiene la fortuna de no haber escuchado la canción en su puta vida y por lo mismo no se ha enterado de qué carajos va, ya que basta oírla una vez para darse cuenta de que el coro de la misma está cifradísimo en ese misterioso lenguaje que es el de la efe. Es por ello que supone que “yofo-zafa-fofo” es un estado, mas no sabemos si mental, líquido, sólido o gaseoso; y no la popular manera que tenemos los mexicanos de rechazarlo todo diciendo “yo zafo”. Segundo, que también es posible que su asombrosa capacidad analítica y deductiva le haga ver, cual espada del augurio de Leono, más allá de lo evidente. De esta forma sabe que la canción en realidad contiene la explicación de lo que es estar “yofo-zafa-fofo” (ya me voy hartando de escribir esa frase) y se dispone a compartirla con todo aquel que cuente con un celular polifónico y algo de saldo.
No obstante lo absurdo de su entrada, remata antes de terminar el comercial con otros dos intentos de palabras que me dejan perplejo. Una sale a relucir cuando reitera su invitación a descargar esta “yofo-canción” de Molotov. Ahora sí que no entiendo una mierda. ¿En qué consiste una “yofo-canción”? ¿Es éste un adjetivo válido para una pieza musical? Sé que existe una canción de Monocordio titulada también “Yofo”; ¿podría entrar de igual manera en la peculiar categoría de las “yofo-canciones”?
La que sigue termina de una vez por todas con mi paciencia. Resulta que el locutor avisa que además regalará una “fofa-foto” de colección. Consultando el diccionario caigo en cuenta de que el término “fofo” se aplica a lo esponjoso, blando y de poca consistencia. Si ya el que una fotografía impresa en el papel común sea fofa aparece como algo muy poco probable, calificar una imagen virtual almacenada en un teléfono celular (generalmente duro) con esta condición representa un absoluto disparate.

¿De dónde sacan a esta gente? Es como si mandaran a hacer comerciales a un hospital psiquiátrico (que igual ahí saldrían con algo mucho más coherente). Atrocidades de esta clase son las que manchan el impoluto prestigio de excelentes canales como Telehit. Y es algo que, como lo dije, estoy condenado a presenciar todos los días.

martes, 18 de marzo de 2008

Superbad y la reivindicación del género masculino

Está bien que señalen y desaprueben las injusticias que todavía se suscitan contra ellas en la sociedad. Es admirable que aboguen por un mejor trato y quieran romper con esos clichés como el de que todas son malas manejando. Pero cuando las feminazis hacen su aparición, la verdad es que lo echan todo a perder. Me refiero a esas “feministas” que pasan buscando atropellos en su contra en cualquier cosa. Cualquier. Cosa. No estoy generalizando, pero sí hay personas que consideran una postura política el haber nacido mujer.
El último de los absurdos que he presenciado es el de dos o tres chicas alegando que Superbad es machista, que “trata mal a las mujeres”. Para empezar voy a decir que la obra en cuestión es un peliculón como tenía tiempo ya sin haber visto, y que la pueden disfrutar tanto hombres como mujeres. Si estuviste en coma todo el año pasado te explico brevemente: Superbad trata de un día muy alocado que viven tres adolescentes antes de irse a la universidad; y por supuesto incluye una de esas fiestas que nunca pueden faltar. Obviamente la película está dirigida al público masculino, y despierta la nostalgia de manera muy efectiva por esa época en que nos quedábamos a dormir en la casa de algún amigo, jugábamos nintendo hasta altas horas de la madrugada y poníamos algo de rock en el estéreo. El mensaje es el de aceptar la transición que pone la vida misma hacia otra etapa. Eso y recordarnos que fuimos pubertos, que platicábamos lo mucho que nos gustaba la más popular de la clase en su uniforme de colegiala y que pasábamos pensando a quién queríamos darle hasta ponernos azules. Todos fuimos así alguna vez, no nos hagamos. Y nunca me tocó que alguien llegara diciendo algo como “oigan, que Estefanía tiene ideas muy interesantes acerca de las organizaciones no gubernamentales”. ¿Es machista una película que presenta a unos muchachos siendo como todos (la mayoría, pues) a esa edad?



Y luego dicen que odia a las mujeres.

Uno de los protagonistas es un gordo que de sólo verlo a cuadro ya te da risa. Como mandan los cánones de lo gracioso, las escenas de comedia física son para él. Y no he visto a nadie quejándose de que la película deja mal vista a la población obesa del mundo (que igual y ahí sí que habría un poco más de razón para reclamar, pues películas de “ríete porque soy gordo” las hay a puños). Ahora, me gustaría saber si va a salir algún hombre por ahí hablando mal de la película de Sex and the City por ser en extremo feminista y no tener consideración alguna por los varones que están en la sala. No, ¿verdad? Porque es de suponer que en una película para mujeres pones a Sarah Jessica Parker casándose después de haberse liado con todos esos tipos que aparecieron como objetos en la serie. De igual manera en una para hombres pones a Clive Owen tirando balazos por todos lados mientras tiene sexo con Monica Belluci (bastardo). Entonces en una de adolescentes tienen que salir como son, con todo y escenas de escuela y de fiestas. Creo que ya se va entendiendo el punto. Tal vez las feminazis quedarían contentas si al final se pusiera la frase “ninguna mujer fue dañada física o emocionalmente durante el rodaje”. Si se dejaran de cosas y aprendieran a distinguir una película machista de una que va dirigida a los hombres disfrutarían más del cine. Después de todo, cuando eres tan abierto como para reírte de ti mismo las películas resultan más divertidas, y eso es lo que pasa con Superbad. Pero a como están las cosas, el director que se ría de las feministas en alguna de sus obras será un fuerte candidato a quemar en leña verde.
Si a fijarse en lo que deja mal paradas a las mujeres van, deberían agarrarse contra el bloque ese de Mentes Peligrosas que tiene el canal Sony. Se trata de unas cápsulas que sólo se dedican a tratar de manera condescendiente al público femenino y repetir lugares comunes acerca de ellas hasta el hartazgo. Además, una “mente peligrosa” podría identificar fácilmente el bajísimo nivel de las putas series que le ponen.

lunes, 10 de marzo de 2008

Otras películas "La Película"

Reno 911: Miami. Esta es la que he visto más recientemente. Contra todo el éxito que me imaginé que tendría cuando vi el trailer, acá la sacaron directo al DVD. La historia es sencilla y efectiva: el ya conocido grupo de policías de Reno es invitado a una exhibición de armas en Miami, a la cual no entran por llegar tarde y así se salvan de un virus que algún villano suelta a propósito en el lugar del evento, enfermando a todos los cuerpos policíacos que se encontraban dentro del lugar. Como los asistentes no pueden salir de la sede del evento hasta encontrarse debidamente desinfectados, el cuidado del orden de las calles de Miami es asignado a nuestros héroes. Aquí es donde se sueltan todas las situaciones disparatadas al estilo que ya nos tiene acostumbrados la serie. La película contiene gags muy buenos, además de esas escenas que “engañan” al espectador y que siempre resultan de mucho ingenio. Lo malo es que la sensación de estar viendo un reality que sí logra la serie acá se pierde por haberla filmado en un formato más adecuado para cine, y creo que por la misma razón la aparición de personajes secundarios se nota más actuada y elaborada que lo incidental y espontáneo de cuando los vemos en televisión. También me pareció que la obvia referencia a Tony Montana más bien le sobra, así como el que estuviera involucrado en la trama. De todas formas veo difícil que decepcione al fan de la serie, mas no resulta mejor que ver los episodios normales en televisión. Eso sí, no sé si alguien que no tenga la serie como antecedente y se acerque a la película podrá disfrutarla igual.
Notable: La inclusión de nuevos uniformes y el cameo del grandioso y poco valorado Paul Reubens (Pee Wee Herman).

Street Fighter: The Movie. Vaya manera de cagarse en un videojuego. Estamos ante el Plan 9 From Outer Space de las adaptaciones de videojuegos al cine. Aparecer en esta película es bajo hasta para Van Damme. Y ni qué decir de Kylie Minogue, a ver si ahora se acuerda de su pasado negrísimo. Mi teoría es que los realizadores eran malos para el juego (ya no digamos para hacer películas), a tal grado de odiarlo (seguro preferían el World Heroes), y por ello decidieron vengarse de todos los retadores ante los cuales no duraron ni dos rounds en las maquinitas. Es la única explicación que encuentro para tal tomadura de pelo. Porque el autor de esta bazofia no es alguien que no conocía la historia: lo que se nota a todas luces es que profesaba una profunda aversión hacia ella, sólo comparable a la que se tienen Axl y Slash. Y es que, para empezar, ¿quién le dijo que el protagonista del Street Fighter original es Guile? Honda hawaiano, Chun Li reportera, Ryu y Ken de pareja cómica, Bison volando, el “doctor” Dhalsim: cuando uno ve este desfile de barbaridades lo único que hace es rogar por que alguien detenga la masacre. Por si no fuera suficiente, ya está anunciada otra adaptación llamada Street Fighter: The Legend Of Chun Li, la dirige Andrzej Bartkowiak y parece que será lanzada en 2009. Teniendo como antecedentes de este director infamias de la talla de Romeo Must Die (que no la salva ni Jet Li) y Doom, no es que podamos esperar algo decente, pero mejor que la anterior la hace hasta José Feliciano. Algo curioso es que Van Damme rechazó el volver a salir de Guile, si es que hay qué tener dignidad, oigan.
Notable: El único Ha Do Ken (¡abúket!) que aparece en toda la película, es el peor momento en la historia del cine desde Alejandra Guzmán con su Verano Peligroso.

Power Rangers: The Movie. Antes que nada, quiero decir que los guionistas de la serie trataron a sus primeros fans como el culo. A mediados de los noventa yo, como la mayoría de los niños de mi edad, no me perdía las primeras temporadas que transmitía Canal 5. Es que si tenías entre 10 y 12 años, y no te gustaba una serie que era como si Saved By The Bell se mezclara con Fuerza G, ya no podía gustarte nada en el mundo. Hasta tenían un bueno-malo cool tipo Vegeta, que en las mejores historias nunca pueden faltar. El caso es que después de sacar la película nos retorcieron la trama de la serie con situaciones como los héroes convirtiéndose en niños, Power Rangers Turbo, In Space y toda esa mierda, haciendo que nos resultara más fácil leer la Ilíada que tratar de adivinar de qué iban esos episodios. Muchos dejamos de verla no porque ya no nos interesara, sino por la imposibilidad de seguirle el hilo.
Respecto a la película, lo más importante es que cumple con lo que todo niño fan de la serie quería ver entonces: un malo peor de malvado que los villanos habituales, nuevos personajes, los rangers vestidos de ninja, etc. El problema fue con los robots, y es que bastaron unos años para que tuviéramos efectos más reales en cualquier videojuego. Ahora que si los vemos en estos tiempos, el resultado es de risa loca. Si hasta el puto Mario metálico del Nintendo 64 envejeció con más dignidad. En general creo que funciona como un buen recuerdo para los que fuimos mocosos en los noventas, pero hasta ahí. Si intentamos volver a verla a esta edad, no creo que muchos lleguemos hasta el final. Por más frikis y temerarios que sean algunos.
Notable: La evolución de Skull, que en la película aparece como todo un personaje autónomo, dejando de estar supeditado a lo que dijera su colega Bulk. Y ustedes que no creían encontrar personalidades complejas acá.