martes, 17 de junio de 2008

Tan malo que no puedes dejar de verlo

Seguro te ha sucedido: no hay nada qué ver en la tele, vas cambiando de canal en canal cuando llega una imagen que te asalta, te toma de las greñas y no te suelta. Quieres seguir cambiándole pero la mano que tiene el control se paraliza, tu vista se pega a la pantalla y no puedes hacer nada por dejar de verla, por quitarte de ahí, ni siquiera por pensar en otra cosa y restarle atención a esa monstruosidad que no sabes cómo fue a parar en tu televisor. Felicidades, te has topado de nuevo con el fenómeno de “tan malo que no puedes dejar de verlo”, una imagen que te acompañará hasta tus últimos días, ya que a la fecha no se conoce terapia que logre borrarla del cerebro. Los científicos dicen que el llegar a una vejez con la mente a plenitud depende en gran medida de evitar encontrarse con esta clase de aberraciones, pero a como están las cosas, pocos serán quienes lo logren. Éstas son tres de las que me persiguen a diario, atrocidades a las que debo horas de insomnio y malestar.

Acompáñame.
Una película que pasan de vez en cuando, en la que una joven y hermosa Rocío Dúrcal vive una aventura al lado de un también joven Enrique Guzmán, acompañados de una anciana insoportable, cuya cara forma parte de la escena que tengo incrustada en la cabeza y que pasaré a describir. Por si nos quedaba duda de que esto se filmó en pleno furor de los sesentas, uno de los números musicales que se dan cada dos minutos a lo largo de toda la película consiste en Mercedes (Rocío Dúrcal) cantando al frente de unos imitadores de los Beatles, mientras Tony (Enrique Guzmán) y la vieja que ya mencioné disfrutan del acto. A la mitad de la canción el camarógrafo comete la barbaridad de centrar la toma en el horripilante rostro de la viejuna, quien para demostrarnos que pese a sus cien años de vida es de espíritu joven, comienza a cantar también. Las muecas que hace en ese momento son de auténtico terror. Estoy seguro que el asombro que muestra Enrique Guzmán al verla no fue para nada actuado, y que más bien se estaba conteniendo para no salir gritando “¡qué carajo está pasando aquí!”. Para bien de mi salud mental, no encontré la escena en Youtube, que de haberla encontrado, la estaría viendo ahora mismo en lugar de escribir esto.

Antes muerta que sencilla.
Qué sería de la televisión mexicana sin los canales de música grupera. Bastante me he divertido con esos videoclips que rayan en lo kitsch, cuyos realizadores tienen la sorprendente habilidad de aprovechar la tecnología de hoy para que sus obras parezcan salidas de 1992. Pero lo que he tenido oportunidad de presenciar un par de veces (produciéndome siempre el mismo efecto) está muy lejos de divertirme y muy cerca de enloquecerme. Fieles a los cánones que manda el Movimiento Duranguense de adaptar cualquier canción que se les ponga en frente, la banda Horóscopos de Durango hizo su versión de la que cantaba una niña española que por alguna razón prefería morirse a perder su supuesta complejidad. El video correspondiente es una sucesión de tomas cada una más estremecedora y adictiva que la anterior. Se trata de un par de cantantes feas cuya nariz es una extraña cruza entre un zapato y un guante de box, que cantan dando a entender lo mucho que tardan arreglándose para lucir así. Durante todo el rato las tipas se esfuerzan en poner su mejor cara de mamonas en primerísimo plano mientras se intercalan primero una y luego la otra. El nivel de horror no hace sino ir en aumento. Todo funciona en perfecta armonía (la ropa, los perros, los tecladistas, las caras en la limosina) para atentar contra tu salud emocional, y cuando crees que ya nada puede ser peor, la tortura es coronada con un vaquero bailando en cámara lenta que provoca una zozobra de las que no se olvidan. Me quedo sin palabras para seguir describiendo esta desgracia, así que si tienes las agallas, respira profundo y
velo.
El Monchis.
Hay una raza que yo creía extinta, que después de 2003 no quedaba un solo ejemplar vivo. Me refiero a ese tipo de hombres que puso de moda la lucha libre, cuyo clóset estaba conformado en su mayor parte por playeras marca NaCo. Esos sujetos muy dados a alburear y escuchar a Café Tacuba. La clase de persona a quien debemos que el chiste de que en los “teibols” se dice “y Zafiro baila aaaasiiiiii” o que todos los agentes de tránsito ordenan “aorillarse a la orilla” ya no haga gracia (no es que hiciera mucha al principio). Para mi sorpresa, Telehit tiene a dos de ellos conduciendo un programa. El Monchis es el típico show que no puede faltar en este canal, en el que los Conductores Irreverentes(TM) confirman su pertenencia a ese grupo de gente que a fin de cuentas no desapareció. Una vez que el programa está saliendo no puedo evitar verlo, y he de confesar, no sin cierta vergüenza, que me han hecho reír. Con todo y su vocabulario y su humor predecible, han logrado tenerme pegado a la pantalla sin que pueda hacer nada por salvarme de su ordinariez y no contentos con ello, me han provocado alguna risilla. Daría cualquier cosa por conocer una técnica que funcione en contra de esta especie de trance. Si tú la tienes, por favor házmelo saber.
Con todo y lo desagradable de estas situaciones, no me parecería mala idea que este blog tuviera el mismo efecto en los lectores.

lunes, 16 de junio de 2008

Clone Wars: Porque Yoda no lucía suficientemente falso

El señor Lucas se cuenta entre ese privilegiado grupo de personas que puede salir a vender cualquier mierda y tener éxito. Yo me cuento entre el no tan selecto grupo de gente que estando consciente de lo anterior no puede evitar consumirla. Lo digo porque ir a ver el estreno de Clone Wars en el cine lo tengo más seguro que mi pase al infierno.
Cualquier pretexto para ver sables láser en pantalla grande me hace plantarme en la sala con todo y palomitas, aun sabiendo que en esta ocasión los nenes de Lucasfilm se superaron en cuanto a descaro y poca vergüenza al sacarnos algo de dinero, y eso ya es decir.

Si no te has enterado, Clone Wars es un episodio de 90 minutos animado por computadora que sirve de preámbulo a una serie próxima a transmitirse por Cartoon Network. La historia se sitúa entre el episodio dos y el tres, en pleno entrenamiento de Anakin y desarrollo de las guerras clónicas. Esto sería muy interesante de ver si no fuera por el pequeño detalle de que ya lo vimos. Así es, nos venden el mismo cuento que ya salió en el mismo canal, en esos clips de dibujos animados que luego recopilaron en un DVD. Entonces ¿cuál es el punto? Que esta gente está que se quiebra la cabeza metiendo nuevos personajes para que no parezca que ya no saben cómo exprimir ya no la saga, sino el tema de las guerras clónicas que deberían dejar en paz de una puta vez. No voy a negarlo, el trailer promete acción, pero no se puede evitar la sensación que deja el estar ante una obra menor, pues de sobra se sabe que los tiempos de El Imperio Contraataca o incluso de La Venganza del Sith (mi favorito) quedaron muy lejos.
Así que este año tendremos el dudoso honor de presenciar en la sala de cine el comercial más largo que se ha hecho para una serie de televisión. Señor Lucas, se ha vuelto a salir con la suya.

P.D. Ya se cuelan los rumores de que el próximo proyecto de estas personas consiste en George Lucas metiéndonos un sable láser por el trasero y cobrándonos por ello. Estaremos al pendiente.