Escuchando una mañana las noticias que ponen en la tele de mi nuevo trabajo (en el viejo ponían Venga la Alegría o cualquiera de esas emisiones matutinas de Tv Azteca, lo juro), me enteré del caso del obispo británico que negó el holocausto. Rápidamente para quienes no se enteraron: Richard Williamson, quien era director de un seminario en Argentina, fue removido de su cargo, excomulgado por el Papa y expulsado del país por el gobierno. Ah sí, porque una vez dijo que los judíos inventaron el holocausto, que las cámaras de gas no existieron y que ni se murieron tantos.
Yo quisiera saber cómo es posible que a estas alturas alguien pueda ofenderse ante una aseveración tan pendeja. ¿Qué todavía está sujeto a debate un hecho histórico del que existen pruebas reales además de las paridas hollywoodenses que nos avientan a cada rato para recordarlo? Es como si de repente nos diera por linchar a la bola de conspiranoicos que dice que el mundo está controlado por sociedades secretas y que el gobierno oculta la verdad acerca de la vida extraterrestre. Digo, cualquiera tiene derecho a opinar lo que le salga de los huevos, por más ridículo que sea.
Eso sí, que se apure Benedicto a excomulgar al obispo, no vayan a tachar a la iglesia de intolerante. Y a propósito de otros curas que cuando menos sí merecían que los colgaran, se me ocurren los miles que en la edad media pensaban un poco como Williamson. Claro, con la pequeña diferencia de que ellos se agarraron matando judíos por todos lados, y nadie los castigó. Más bien murieron bebiendo vino de consagrar y teniendo sexo con monjas y niños (probablemente).
Al parecer, lo “políticamente correcto” prevalece, la gente nunca va a madurar ni a superar el tema de los judíos y por ende va a tratar de quedar bien con ellos. Tal vez porque es cierto, se trata de personas con un pasado muy trágico, o tal vez por otra$ razone$. Pero esto sigue siendo igual que llamar a los discapacitados “personas con capacidades diferentes” para que no vean que somos bien fijadotes. Los hechos están ahí, ya los conocemos, no hace falta demostrar que empatizamos con los desvalidos escandalizándonos y condenando a las hogueras del infierno a quienes lanzan declaraciones tan absurdas.
Pensándolo bien, me voy a atrever a desacreditar la gloriosa historia de nuestra nación, para ver si alguien sigue el ejemplo del eminente gobierno argentino y me saca cuando menos de esta ciudad apestosa:
- Malverde robaba a los pobres para dárselo a los ricos (aparte era narco).
- Benito Juárez sacrificaba focas bebés para vender sus pieles.
- Emiliano Zapata vendía discos piratas.
- La Revolución Mexicana es un invento de puros muertos de hambre.
- México está poblado en su totalidad por rubios preciosos.
- Nunca hubo guerras.
Estoy a su disposición.