jueves, 9 de octubre de 2008

Cinco formas de ayudar a David Duchovny

David Duchovny, mejor conocido por su rol de Fox Mulder en Los Expedientes X (cada que alguien escribe su nombre sin mencionar esta serie, un angelito se muere) admitió su adicción al sexo e ingresó a un centro de rehabilitación para tratarla. Para ello tuvo que mudarse de Los Ángeles a Nueva York, porque ser un actor con una afición desmedida al sexo viviendo en Hollywood es como ser adicto al chocolate y llamarse Willy Wonka. Pero lo que podría sonarnos como unas ganas incontenibles de estar cogiendo todo el tiempo se reduce más bien a pasar el día entero viendo porno en Internet. Así es, la adicción del señor se refleja en la “enorme cantidad de horas que pasaba visitando páginas web para adultos”.



"señor Duchovny, ¿puede decirme qué ve aquí?"

Dicen que este mal equivale por alguna razón a ser jugador compulsivo, obviamente con los respectivos videos y fotos de culos que involucra, por lo que requiere de todo un tratamiento. ¿De verdad será para tanto? Digo, habiendo alcohol, cocaína y esas cosas, no imagino a un grupo de científicos decidiendo cómo habrán de combatir el problema de alguien que malgasta todo el día frente a su computadora. ¿O qué los jugadores de Warcraft ya comienzan a preocuparse también? Robert Downey Jr. ha de estar que se caga de la risa.

¿adicto a qué?”

No tengo la menor idea de lo que consistirá la rehabilitación, pero hay algunos métodos que se me ocurren para hacer de sus andanzas por la red un infierno que deseará no repetir.

1.Proporcionar a Mulder una conexión de mierda, lentísima y que se caiga a cada rato, y que además reproduzca ese sonido odioso como cuando uno tenía que conectarse por allá del ’98.

2.Saturar sus cuentas de correo con publicidad frustrante y engañosa, como la de páginas que anuncian fotos de Britney Spears y luego resulta que requieren de suscripción. Alejar por lo tanto cualquier tarjeta de crédito que pueda tener a su alcance.

3.Hacer que las páginas que Fox Mulder visita estén sólo en PDF (ya sabemos la mierda que resulta querer abrir uno de esos archivos) y los videos que se baja sean únicamente en Real Player.

4.Editar todos los videos que Mulder baje, añadiéndoles el audio de una feminista hablando de temas como el por qué las mujeres no deben ser tratadas como objetos sexuales y/o de las muertas de Juárez.

5.En caso de que le gusten las fotos de celebridades desnudas (lo cual por algo me es raro pensar), propongo hacerle ver, al estilo de la Naranja Mecánica, algunas que ni siquiera un adicto al porno quisiera toparse; mismas que los doctores deberán conseguir en caso de que no existan, así como prevenir cualquier posible efecto secundario no deseado (léase ataque cardíaco o vómito incontrolable): Whoopi Goldberg, Julia Roberts (sonriendo), Tilda Swinton (no me jodan, es fea), la cabeza de Rihanna, Rossie O’ Donell y la cantante de Tokio Hotel.

"¡paren, sádicos!"

Pueden ser medidas algo duras, lo acepto, pero pueden servir si lo que se quiere es que Mulder no vuelva a tocar una computadora en su vida. Luego de esto lo más seguro es que termine odiando ya no la pornografía, sino toda la puta informática.

miércoles, 1 de octubre de 2008

Tropic Thunder y las ganas de joder

Avisos: primero, que el siguiente texto puede contener algún spoiler, así que si no has visto la película corre al cine de una vez, yo aquí te espero cuando regreses. Segundo, que ya sé que la gente es libre de protestar y opinar lo que le salga de los huevos, por eso mismo hay blogs, y éste es el mío.

Viéndolo de cierta forma, podemos fácilmente pensar que el cine vive en la actualidad una de sus mejores épocas. Cómo no, si sólo en este año con The Dark Knight nos dieron una cátedra ya no de adaptar comics, sino de hacer películas que pateen culos, y con Hellboy 2 nos demostraron cómo es posible plasmar en pantalla cualquier cosa que uno tenga en la cabeza. Viéndolo de cierta forma, Hollywood evoluciona para bien, si uno considera la aparición de propuestas tan originales como Be Kind Rewind, o el hecho de que las películas de guerra van prescindiendo del tan machacado sentimiento patriotero en pos de una visión más crítica de las políticas internacionales de su país. Pero ¿saben quiénes no han cambiado en lo absoluto? ¿Saben quiénes siguen haciendo acto de presencia a estas alturas en que se antoja por demás absurdo? Los ofendidos de toda la vida.

Traigo a cuento a estos mequetrefes por las muchas protestas que desató el estreno de Tropic Thunder (bautizada Una Guerra De Película por esos genios incomprendidos que se encargan de cambiar los títulos al español), lo nuevo de Ben “Cuando-no-hago-comedias-geniales-estoy-pariendo-mierdas” Stiller. La película es buenísima, y además de tener sus momentazos cómicos, critica y se burla de todo lo que es el cine gringo en estos días. La academia, productores, actores y hasta tramoyistas, para todos tiene esta obra que no deja títere con cabeza al ridiculizar esa industria que se ha venido pudriendo con el tiempo. El relato de un grupo de actores perdidos en Vietnam (o cerca de) durante la malograda filmación de una película de guerra es la mera excusa para todo esto.
Lo que hizo a las buenas conciencias poner grito en cielo fue lo siguiente: se supone que Tugg Speedman (el actor encarnado por Ben Stiller) protagonizó Simple Jack, una historia acerca de un muchacho discapacitado, la típica que siempre sale ganadora en los oscares, sin embargo ésta no lo consiguió. Entonces vemos a Kirk Lazarus (Robert Downey Jr.), explicándole a Tugg por qué su actuación no logró convencer a los críticos. Los quejosos alegan que se refiere a los discapacitados de forma muy despectiva, al llamarlos en inglés retarded (“don’t go full retarded” es la línea que suelta el personaje y que al parecer ya se volvió clásica), retrasados en español. Ello les bastó para hacer el ridículo afuera de cines con las tradicionales pancartas y frases pegadizas. Lo que no entiendo es cómo personas que se preocupan por el acontecer en la sociedad y están al pendiente de lo que consideran injusticias para señalarlas y hacerse escuchar puedan ser tan cortas de visión. Porque parece bastante obvio que la supuesta ofensa no va por ahí. O díganme, ¿qué ganaría Stiller al burlarse de los discapacitados? Sería una broma tan baja y de mal gusto que haría vomitar a los guionistas de Epic Movie. No sé como esa runfla de cretinos no pudo darse cuenta de que el objetivo de la película es reírse del negocio del cine, no de la gente. Argumentan que el discurso de Lazarus trivializa el hecho de ser discapacitado, al dar consejos de cómo ganarse un Óscar actuando como tal; mas por alguna razón esa indignación absurda no les deja ver que la crítica es para quienes han utilizado este método, y claramente cita ejemplos de actores y películas. Por lo mismo es que el término “retarded” no tiene el efecto que quieren atribuirle, ya que se refiere al trabajo de los actores, quienes hasta donde yo sé gozan plenamente de sus facultades mentales. Además el señor lo que hace es decir la pura verdad. Presten atención a la escena y verán.


¡Maldita seas, Tropic Thunder!

Volviendo a la película en sí, es altamente recomendable. Su humor me recuerda al episodio de South Park en que los niños intentan detener los siniestros planes de Spielberg y George Lucas, quienes no se cansan de remasterizar sus filmes; o el otro donde se burlan de lo que hace actualmente Rob Schneider.
El papel de Ben Stiller es de los que da gusto ver en él; va más por el estilo de Zoolander que por el de sus comedias románticas. Robert Downey Jr. está excelente y da la impresión de haberse divertido como dios manda, demostrando una vez más por qué se le tiene en tan alta estima desde hace muchos años ya. Quien parece no dar mucho es Jack Black, que aunque cumple muy bien, es rápidamente opacado por la química entre los dos primeros actores, que viene siendo enorme. Ojalá tengan la idea de repetir esta dupla en un futuro, porque da para mucho. Me agradó también ver a Jay Baruchel, joven talento que alguna vez protagonizó una de esas joyas de la televisión que cortan antes de tiempo, a saber por qué, llamada Primer Año.
Por último, si no toqué el tema de la otra polémica, la de Downey Jr. haciéndola de negro, es por que me parece aún más idiota e injustificada que la anterior. En serio déjense de cosas y aprendan a pasar un buen rato con una película que sólo busca entretener (y ganar dinero). Y no, no estoy siendo racista.

domingo, 14 de septiembre de 2008

¡Fuera de mi blog!


No nos engañemos: ya nos hemos divertido mucho con la jocosidad y el ingenio con que acostumbro a salpicar estos escritos, pero hasta alguien como yo debe tomar en cuenta cuando hay gente que también está haciendo cosas interesantes. Tómense un rato para darse una vuelta por las webs que a continuación les recomiendo, y vamos reconociendo el hecho de que también hay vida fuera de este blog.
  • Créanlo o no, hubo un tiempo en que tuve cuenta de facebook. Y aunque puedo soltarme hablando mierda del sitio (a fin de cuentas ¿quién no?), la verdad es que lo cerré porque jamás le encontré utilidad alguna. No lo usaba. Nada más con la pornografía y youtube ya tengo dos potentísimas razones para no estar modificando mi perfil de facebook cada dos minutos; pero no me hagan mucho caso, acá hay alguien que lo explica mejor que yo (tampoco se pierdan lo que dice de twitter).
  • Del mismo sitio es este Dan O’ Brien, quien habla por muchos de nosotros al decir lo que quiere de Sarah Palin. Al menos a mí parece haberme leído la mente.

No viene al caso, pero tampoco queda mal.

  • Todos sabemos que uno de los aspectos más importantes a la hora de ser el alma de la fiesta es, sin duda alguna, la playera que llevamos puesta. Nunca olvidaré la ocasión (una de tantas) en que fui el centro de atención, envidiado por hombres y deseado por mujeres, gracias a mi buen tino al elegir para esa noche mi camiseta de “Enrique y Beto son heterosexuales”. Y vaya que es un asunto delicado, porque ni todo el carisma del mundo es suficiente para lucirte cuando llevas puesto ese trapo que compraste al salir del concierto de Rata Blanca (nada contra los fans de este grupo, sólo su mal gusto para vestir… y para escuchar música). Por suerte acá tenemos a Please Dress Me, que viene siendo como el google de las playeras (o más bien el google de tres tiendas que las venden), con excelentes ideas y diseños para vestir como un ganador.
  • Algo que me encanta es visitar los botaderos de DVD’s en supermercados y tiendas especializadas para seguirme sorprendiendo con cada aborto cinematográfico que se encuentra en esos lugares. Tampoco puedo evitar cambiar de canal cuando están pasando el peor de los bodrios serie Z en Cine Mexicano por Cable. Y es que, han de saber, muchas de esas bazofias ocupan un lugar en mi corazón. Gracias a esta práctica me he enterado de la increíble existencia de mierdas como El Clon de Hitler, la cual ahora me arrepiento de no haberme llevado cuando la vi mal acomodada en un estante. Si comparten este tipo de afición (también si no, que igual se van a reír), visiten Cine Cutre, web española dedicada a reseñar lo peor (o mejor, según se mire) del séptimo arte. Por ahí colaboré con una versión extendida de mi crítica a Chabelo y Pepito Detectives.

miércoles, 20 de agosto de 2008

Todos semos homos

Manifiesto desde aquí mi total repudio a los medios de comunicación por haberse olvidado de una cuestión de absoluta actualidad y relevancia que vayan ustedes a saber por qué hicieron a un lado: los emos. Que yo sepa no han desaparecido. ¿Por qué ya no los pelan? ¿Dónde quedaron los reportajes que les dedicaron en los principales noticieros de las cadenas nacionales? ¿Qué harán los padres de familia que todavía no saben detectar si su hijo adolescente es un emo? ¿Qué haremos nosotros sin esa forma tan objetiva y seria que tuvo Tv Azteca de informarnos al respecto? Si hasta en Telehit les dieron un espacio en horario estelar para que fueran a hacer el ridí… digo, para que nos hablaran de su cultura (es un decir) de la cual a muchos todavía no nos queda claro si se cortan por gusto o por qué. Y ahora resulta que ya nadie toca el tema, que todo volvió a la normalidad, que nuestros jóvenes dejaron de subir fotos de su cabello a internet (porque a eso se dedican los emos ¿no?). No, señores, no. Las modas pasajeras también merecen respeto.
Ah, pero eso sí: todo mundo quiere ser el primero en cubrir las olimpiadas de Beijing. Todos quieren ser nuestra primera opción a la hora de sintonizar los juegos para enterarnos de los resultados de las competencias en esos deportes que cada cuatro años nos acordamos de que existen (¿qué es esa mierda de “balonmano”? ¡Por favor!). Nadie escatima en esfuerzos por ser el primero en preguntar a nuestros medallistas qué se siente triunfar y poner el nombre de México en alto, dado que aquí la victoria de un mexicano es la de todos nosotros. Quienes se empeñan en salir vencedores de esta guerra que como bien sabemos, la ganará el que cuente con los mejores comediantes, se olvidan de la trágica existencia que llevan estos atormentados muchachos a quienes ni Omar Chaparro ni Tachidito lograrán arrancar siquiera un atisbo de sonrisa, por más creatividad e ingenio que inyecten en sus trabajos (y de ello no cabe duda). Es realmente inaceptable este ninguneo al que se ha sometido a los pobres adolescentes víctimas de la mercadotecnia, que la verdad sea dicha, no tienen culpa de nada.
Pasando a otro orden de cosas, me dio mucho gusto encontrar por todos lados la única noticia importante que se dio la semana pasada: el cumpleaños de Madonna. La diva del pop, una de las artistas más originales e influyentes del siglo XX cuya carrera sigue estando en plena forma y cosechando éxito tras éxito ha cumplido cincuenta años de vida, manteniéndose tan activa como antaño y sorprendiéndonos con una trayectoria más que envidiable. Increíble, ¿no? Bueno, no.

martes, 17 de junio de 2008

Tan malo que no puedes dejar de verlo

Seguro te ha sucedido: no hay nada qué ver en la tele, vas cambiando de canal en canal cuando llega una imagen que te asalta, te toma de las greñas y no te suelta. Quieres seguir cambiándole pero la mano que tiene el control se paraliza, tu vista se pega a la pantalla y no puedes hacer nada por dejar de verla, por quitarte de ahí, ni siquiera por pensar en otra cosa y restarle atención a esa monstruosidad que no sabes cómo fue a parar en tu televisor. Felicidades, te has topado de nuevo con el fenómeno de “tan malo que no puedes dejar de verlo”, una imagen que te acompañará hasta tus últimos días, ya que a la fecha no se conoce terapia que logre borrarla del cerebro. Los científicos dicen que el llegar a una vejez con la mente a plenitud depende en gran medida de evitar encontrarse con esta clase de aberraciones, pero a como están las cosas, pocos serán quienes lo logren. Éstas son tres de las que me persiguen a diario, atrocidades a las que debo horas de insomnio y malestar.

Acompáñame.
Una película que pasan de vez en cuando, en la que una joven y hermosa Rocío Dúrcal vive una aventura al lado de un también joven Enrique Guzmán, acompañados de una anciana insoportable, cuya cara forma parte de la escena que tengo incrustada en la cabeza y que pasaré a describir. Por si nos quedaba duda de que esto se filmó en pleno furor de los sesentas, uno de los números musicales que se dan cada dos minutos a lo largo de toda la película consiste en Mercedes (Rocío Dúrcal) cantando al frente de unos imitadores de los Beatles, mientras Tony (Enrique Guzmán) y la vieja que ya mencioné disfrutan del acto. A la mitad de la canción el camarógrafo comete la barbaridad de centrar la toma en el horripilante rostro de la viejuna, quien para demostrarnos que pese a sus cien años de vida es de espíritu joven, comienza a cantar también. Las muecas que hace en ese momento son de auténtico terror. Estoy seguro que el asombro que muestra Enrique Guzmán al verla no fue para nada actuado, y que más bien se estaba conteniendo para no salir gritando “¡qué carajo está pasando aquí!”. Para bien de mi salud mental, no encontré la escena en Youtube, que de haberla encontrado, la estaría viendo ahora mismo en lugar de escribir esto.

Antes muerta que sencilla.
Qué sería de la televisión mexicana sin los canales de música grupera. Bastante me he divertido con esos videoclips que rayan en lo kitsch, cuyos realizadores tienen la sorprendente habilidad de aprovechar la tecnología de hoy para que sus obras parezcan salidas de 1992. Pero lo que he tenido oportunidad de presenciar un par de veces (produciéndome siempre el mismo efecto) está muy lejos de divertirme y muy cerca de enloquecerme. Fieles a los cánones que manda el Movimiento Duranguense de adaptar cualquier canción que se les ponga en frente, la banda Horóscopos de Durango hizo su versión de la que cantaba una niña española que por alguna razón prefería morirse a perder su supuesta complejidad. El video correspondiente es una sucesión de tomas cada una más estremecedora y adictiva que la anterior. Se trata de un par de cantantes feas cuya nariz es una extraña cruza entre un zapato y un guante de box, que cantan dando a entender lo mucho que tardan arreglándose para lucir así. Durante todo el rato las tipas se esfuerzan en poner su mejor cara de mamonas en primerísimo plano mientras se intercalan primero una y luego la otra. El nivel de horror no hace sino ir en aumento. Todo funciona en perfecta armonía (la ropa, los perros, los tecladistas, las caras en la limosina) para atentar contra tu salud emocional, y cuando crees que ya nada puede ser peor, la tortura es coronada con un vaquero bailando en cámara lenta que provoca una zozobra de las que no se olvidan. Me quedo sin palabras para seguir describiendo esta desgracia, así que si tienes las agallas, respira profundo y
velo.
El Monchis.
Hay una raza que yo creía extinta, que después de 2003 no quedaba un solo ejemplar vivo. Me refiero a ese tipo de hombres que puso de moda la lucha libre, cuyo clóset estaba conformado en su mayor parte por playeras marca NaCo. Esos sujetos muy dados a alburear y escuchar a Café Tacuba. La clase de persona a quien debemos que el chiste de que en los “teibols” se dice “y Zafiro baila aaaasiiiiii” o que todos los agentes de tránsito ordenan “aorillarse a la orilla” ya no haga gracia (no es que hiciera mucha al principio). Para mi sorpresa, Telehit tiene a dos de ellos conduciendo un programa. El Monchis es el típico show que no puede faltar en este canal, en el que los Conductores Irreverentes(TM) confirman su pertenencia a ese grupo de gente que a fin de cuentas no desapareció. Una vez que el programa está saliendo no puedo evitar verlo, y he de confesar, no sin cierta vergüenza, que me han hecho reír. Con todo y su vocabulario y su humor predecible, han logrado tenerme pegado a la pantalla sin que pueda hacer nada por salvarme de su ordinariez y no contentos con ello, me han provocado alguna risilla. Daría cualquier cosa por conocer una técnica que funcione en contra de esta especie de trance. Si tú la tienes, por favor házmelo saber.
Con todo y lo desagradable de estas situaciones, no me parecería mala idea que este blog tuviera el mismo efecto en los lectores.

lunes, 16 de junio de 2008

Clone Wars: Porque Yoda no lucía suficientemente falso

El señor Lucas se cuenta entre ese privilegiado grupo de personas que puede salir a vender cualquier mierda y tener éxito. Yo me cuento entre el no tan selecto grupo de gente que estando consciente de lo anterior no puede evitar consumirla. Lo digo porque ir a ver el estreno de Clone Wars en el cine lo tengo más seguro que mi pase al infierno.
Cualquier pretexto para ver sables láser en pantalla grande me hace plantarme en la sala con todo y palomitas, aun sabiendo que en esta ocasión los nenes de Lucasfilm se superaron en cuanto a descaro y poca vergüenza al sacarnos algo de dinero, y eso ya es decir.

Si no te has enterado, Clone Wars es un episodio de 90 minutos animado por computadora que sirve de preámbulo a una serie próxima a transmitirse por Cartoon Network. La historia se sitúa entre el episodio dos y el tres, en pleno entrenamiento de Anakin y desarrollo de las guerras clónicas. Esto sería muy interesante de ver si no fuera por el pequeño detalle de que ya lo vimos. Así es, nos venden el mismo cuento que ya salió en el mismo canal, en esos clips de dibujos animados que luego recopilaron en un DVD. Entonces ¿cuál es el punto? Que esta gente está que se quiebra la cabeza metiendo nuevos personajes para que no parezca que ya no saben cómo exprimir ya no la saga, sino el tema de las guerras clónicas que deberían dejar en paz de una puta vez. No voy a negarlo, el trailer promete acción, pero no se puede evitar la sensación que deja el estar ante una obra menor, pues de sobra se sabe que los tiempos de El Imperio Contraataca o incluso de La Venganza del Sith (mi favorito) quedaron muy lejos.
Así que este año tendremos el dudoso honor de presenciar en la sala de cine el comercial más largo que se ha hecho para una serie de televisión. Señor Lucas, se ha vuelto a salir con la suya.

P.D. Ya se cuelan los rumores de que el próximo proyecto de estas personas consiste en George Lucas metiéndonos un sable láser por el trasero y cobrándonos por ello. Estaremos al pendiente.

viernes, 9 de mayo de 2008

Chabelo y Pepito Detectives

Algo que tienen en común la mayoría de los dirigentes, empresarios y políticos más exitosos de la actualidad es que fueron niños en la década de los setenta. Si echamos una mirada a cómo estaban las cosas entonces, nos es posible adivinar una de las razones por las cuales muchos de esos niños hoy por hoy se han convertido en hombres de provecho para la sociedad. En una época en que la pornografía aún se disfrutaba en revistas, en que las hamburguesas tenían carne de verdad y en que el rock era ROCK, naturalmente el desarrollo intelectual de los pequeñines en quienes recaería el futuro de la nación fue cosa notable. Viniendo de años tan turbulentos como los finales de los sesenta, nadie que tuviera un poco de inteligencia se atrevió a subestimar al público infantil. Los líderes del mañana requerían de una óptima preparación en todos los sentidos, si es que no se quería condenar al país a repetir su historia. Es en este contexto donde aparece Chabelo y Pepito Detectives, tercera parte de una saga que ríete tú de George Lucas.


Tyler Durden para niños.


Si ya la primera entrega (Chabelo y Pepito en la Lámpara Maravillosa) representó una brusca pero efectiva manera de enfrentar a los niños a la realidad, al mostrar un Chabelo que hablaba con su voz normal; la tercera es todo un llamado a la insubordinación y un desafío a lo establecido. Chabelo y Pepito Detectives nos trae la última aventura que viven estos personajes juntos, quienes en esta ocasión se dedican a resolver casos policíacos. La acción comienza cuando nuestros héroes de turno se infiltran en las instalaciones de un supuesto escuadrón juvenil para descubrir que se trata más bien de una fábrica, pero no cualquier tipo de fábrica: es un taller que se dedica a esclavizar niños que han sido hipnotizados mediante unos juguetes que emiten luces, un maléfico plan que ya quisiera Nike para sus maquiladoras en oriente. Si a estas alturas de la película no encuentras la crítica al capitalismo es que ya no quieres encontrar nada. Dentro del lugar los protagonistas se enteran de la estructura de la organización, misma que hace referencia a la famosa novela Un Mundo Feliz de Aldous Huxley; esto por si la historia no contenía suficiente mensaje aún, supongo. Los niños que visten de café son los obreros explotados, los de azul son niños más inteligentes que supervisan y los de blanco lo dirigen todo. Claro que a Chabelo, un niño de azul se lo explica de una forma mucho más simple: “¿Y ésos de café?” “Ésos son de otra onda”, contesta el mozalbete.
A propósito de los de blanco, se trata de un ejército de extraterrestres albinos con melena a lo John Lennon y poderes telepáticos inspirados en El Pueblo de Los Malditos. Uno de estos poderes consiste en una luz que les sale de los ojos, tan fuerte y efectiva que hasta detiene la imagen en un still, además de acabar con sus oponentes.
Como Chabelo y Pepito no pueden quedarse de brazos cruzados, deciden desmantelar la organización. Para ello cuentan con la ayuda de un extraterrestre disidente, quien les proporciona un artefacto para revertir los efectos de la hipnosis en los niños de café, y unos collares que los hacen inmunes a los superpoderes de los villanos. Armados con lo necesario nuestros héroes comienzan la revolución, y luego de sacar a los pobres obreros de su trance, Chabelo lanza un discurso por demás agitador: “Compañeros, ustedes han sido hipnotizados por la mente de una organización criminal que los ha estado usando como esclavos… ¡vamos hacia la libertad, los azules son nuestros enemigos!”. A ver si sale alguien que diga lo mismo a los niños que hoy se tragan la basura de Cartoon Network. En fin, que los pequeños obreros se rebelan y todo acaba en una encarnizada batalla donde interviene la policía, mientras nuestros protagonistas patean el albino trasero de los extraterrestres y los regresan por donde vinieron.

¡Órale cuate!
No quisiera caer en el lugar común de que todo tiempo pasado fue mejor, pero es que esta película no hace sino seguir confirmando el cliché. Sorprende que con su contenido subversivo no le haya puesto un alto el señor Echeverría, sabiendo cómo se las gastaba el pillo. Pero es lo que tiene, que los viejos nunca hacen caso a las “cosas de niños”, a menos que escandalicen con faltas obvias como groserías u obscenidades (que de paso, salen en caricaturas que no son para niños).
Nosotros por lo pronto, podemos deleitarnos con ésta y otras obras maestras de la ciencia ficción mexicana gracias a la magia del DVD y a las ventajas que da la nula apreciación cinematográfica de quienes las venden, ya que nos las avientan por menos de noventa pesos, como si fueran objetos de poco valor. Chabelo es grande entre los grandes, y nadie que haya disfrutado de esta trilogía podrá negarlo.